lunes, 17 de junio de 2013

UN VIAJE INESPERADO























El año pasado Woody Allen estrenaba A Roma con amor, una comedia en la que se cuentan cuatro historias independientes con un escenario común: la ciudad de Roma. No podía imaginar entonces y ahora aún no acabo de creer que viajaría a la Ciudad Eterna. Serán pocos días pero intensos.

La satisfacción es doble porque, por primera vez en mi vida, me pierdo las Hogueras de San Juan. Ya sabéis que no les tengo demasiado afecto. Cualquier alicantino me entenderá.

Os dejo con una mujer que me tiene enamorado, la cantante de Limboteque. Hasta pronto.




lunes, 10 de junio de 2013

TUYO























Ya advierte Álvaro de la Riva en el prólogo de Mío y otros relatos que te cagas (Amazon, 2012) que prefiere escribir a mirar las noticias. Y nosotros se lo agradecemos. Si hay algo de lo que estamos hartos es de realidad. Necesitamos fantasía, extravagancia, locura. Todo eso y mucho más encontraremos en su nuevo libro.

Se trata de doce historias breves al estilo de revistas de terror y ciencia ficción como «Creepy», aunque con una variedad temática que hará las delicias de cualquier lector. Una novela corta, «Mío», sirve de remate chupóptero.

Apreciamos el gusto del autor por los finales sorpresa, donde resaltan la contundencia y la sencillez. En ocasiones, todo en el cuento nos lleva a ese final; la historia no podría acabar de otro modo. Así, en «Buen viaje» no nos extraña nada que el protagonista termine con un ataque de nervios, por decirlo de un modo fino. Más de uno se sentirá realizado como persona. Otra veces se produce un giro inesperado, una vuelta de tuerca. Es el caso de la asfixiante «Buenos vecinos».

Habla Cristina Fernández Cubas de la «verosimilitud de lo insensato» para referirse a la norma que debe regir todo buen cuento fantástico. En la mayoría de los relatos de Álvaro de la Riva asistimos a la conjunción admirable entre lo paranoico y lo sabio. Y no sabemos si reír o llorar. O ambas cosas. Es el caso de «Primer aniversario», donde un novio regala a su prometida algo inquietante. O de «Juicio justo», una sátira social de las leyes podridas que defienden a los urdangarines mientras condenan a los inocentes.

También hay sitio para el sentimentalismo gamberro que tan buenos resultados le dio en la novela Parásitos. A dos historias de amor que trascienden la muerte, le sucede «Miserere Mei», la explicación definitiva de por qué fracasamos invariablemente en los concursos literarios: «Yo tenía un cierto nombre y algunas de mis obras, muy bien recibidas por la crítica, bastaban ya por sí solas para justificar un triunfo, aunque fuera a través de la mayor mierda jamás cagada.»

El estilo aparentemente deshilachado de los cuentos no está reñido con cargas de profundidad literaria: «A día de hoy, a menudo me incorporo en mi cama y bajo al suelo, y me agacho hasta poner mi barbilla a la altura adecuada, y entonces dejo que el Hilo de Plata nos conecte de nuevo con aquel momento que quedó impregnado en el papel fotográfico del Universo.»

Lo he pasado cochinamente bien leyendo a Álvaro de la Riva. Lo digo no porque sea un amigo, que lo es. Tampoco para que él diga lo mismo de mí. Lo digo porque sólo una mente enferma es capaz de escribir algo que merezca la pena.




lunes, 3 de junio de 2013

DOS MÁS DOS


















Swinger es una palabra inglesa que significa «desinhibido». Se refiere al comportamiento que acepta la ampliación del horizonte sexual en pareja.

Como pone de manifiesto la película argentina Dos más dos (Diego Kaplan, 2012), una de las prácticas habituales del swinger es el intercambio. Betina y Richard les proponen un ménage a quatre a unos amigos de toda la vida, Diego y Emilia. Diego, el más conservador de los cuatro, se niega en redondo. Realmente te metes en la piel del personaje interpretado por Adrián Suar; sufres con su dilema. Por un lado, su mujer le pide experiencias nuevas; por otro, está profundamente enamorado. Al final cede, descaradamente obligado por el resto. Me recordó a la novela Soy leyenda de Richard Matheson.

En la segunda parte de la película se produce una curiosa inversión de papeles. La pareja conservadora se relaja mientras un swinger de la pareja abierta comienza a sentir unos celos atroces. El cóctel puede ser explosivo.

Nos encontramos ante una comedia ligera de cascos, donde dominan los diálogos ingeniosos y la sensualidad de las actrices, donde la dicción y las expresiones propias de la lengua argentina no restan.

Personalmente, disfruté mucho de la historia, quizá porque en el fondo todos fantaseamos y quienes digan lo contrario mienten. No conozco la clave para matar el aburrimiento en pareja, pero es mejor no inspirarse en las escenas de cama del cine español.





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