sábado, 30 de septiembre de 2017

EL JEFE















Una mesa de caoba pone frente a frente a un jefe y su empleado.

—Mire, sé la razón por la que me ha llamado a una hora tan intempestiva. Créame que, después de veinticinco años en el sector, esta es como mi segunda casa.

El jefe intenta tomar la palabra, pero el otro le hace un gesto inequívoco con la mano.

—Lo considero un buen jefe. Sabe ser duro cuando hay que serlo, pero también sabe disculparse con sus trabajadores cuando la tensión del día a día provoca roces. Incluso admite de buen talante sugerencias en la forma de vender el producto.

El empleado toma aire mientras su café se enfría encima de la mesa.

—Verá, después de tantos años no me iré sin decirle que me siento catalán al mismo tiempo que español. Ignoro si este ha sido el motivo de mi despido, pero ya ve que me la trae al pairo.


4 comentarios:

  1. Me pregunto si nacemos con las fronteras impresas en el ADN o las asimilamos con la edad. Las fronteras son como los seguros, nacen del miedo, así que me decanto por la primera opción, a fin de cuentas, todos los instintos tienen su lado oscuro, y el de supervivencia no iba a ser menos.

    Un abrazo.

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    1. La única frontera que debemos temer como la pólvora es el odio al diferente, algo muy propio del nacionalismo. La historia nos demuestra que sus consecuencias son siniestras.

      Un abrazo.

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  2. Una historia que pinta el momento difícil que están pasando. Chocan los distintos puntos de vista de un problema que evidentemente, hasta ahora, la politica no ha sabido resolver.
    Un abrazo

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    1. Muchos apelan al diálogo, pero resulta complicado hablar con fanáticos del pelaje que sea. En este sentido, se busca un mediador en el conflicto como agua de mayo. El FC Barcelona, de hecho, se ha presentado voluntario para dicha labor. La Liga es la Liga.

      Un abrazo.

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